La lavanda es quizás una de las flores más utilizadas a nivel mundial y uno de los aromas más conocidos tanto en productos de belleza como en diferentes productos para el hogar. Además de tener un aroma delicioso y característico en el lugar donde vive la lavanda necesita de pocos cuidados, por lo que es ideal para la siembra en los hogares.
Esta planta es originaria del mediterráneo donde crece naturalmente en terrenos secos y pedregosos. A través de los años debido a los cruces e hibridaciones, se han logrado diferentes variedades de lavanda, las cuales han potenciado su aroma y su resistencia a diferentes condiciones climáticas.
La lavanda
La lavanda es un arbusto perenne que puede llegar a medir hasta un metro y medio de altura. Sus tallos son muy gruesos y con un color levemente grisáceo. Sus hojas lineares se ensanchan en el extremo final y pueden llegar a medir cerca de 10 centímetros.
Las flores crecen mediante espigas y cada una de estas puede desarrollar de 6 a 10 flores de color violeta; debido a que las flores producen una gran cantidad de aceite esencial de lavanda, estas son pegajosas cuando se tocan y tendrán un aroma con un leve toque de alcanfor. Las flores se desarrollan en el mes de julio que es cuando se recolectan para fabricar diferentes productos, época que también es ideal para llevarlas al interior de la casa y que perfumen el ambiente.
¿Dónde crece la lavanda?
Los lugares donde viven las lavandas son muy variados ya que se puede adaptar perfectamente al clima en el cual crezca. A pesar de esta capacidad de adaptación, lo ideal es que se siembren en climas cálidos ya que las temperaturas frías, aunque no dañen a la planta, si disminuyen significativamente su producción de aceites, por lo que las flores no tendrán el mismo aroma.
El terreno ideal para plantar lavanda es la tierra seca, con un excelente drenaje, es por esto que comúnmente se les ve crecer en laderas inclinadas. Cuando se siembran en el hogar, deberán plantarse en tierra suelta, los riegos deberán ser ocasionales, de preferencia instalar un sistema de riego por goteo.
Pueden soportar tanto condiciones de sequía como de lluvia abundante, aunque hay que considerar que en el terreno donde estén sembradas no existan encharcamientos. Cuando se siembran las lavandas en macetas un riego semanal será suficiente para la planta y se deberá considerar colocar unas cuantas piedras en el fondo de la maceta para que exista un mejor drenaje.
La reproducción de la lavanda se puede realizar mediante semillas, en este caso es conveniente plantarlas primero en un semillero y luego cuando los brotes ya sean manejables, trasladarlos al sitio donde se sembrarán definitivamente.
La forma más común y más sencilla de reproducción es mediante esquejes; en lugares con un clima cálido, los esquejes se pueden sembrar a inicios de la primavera, es importante que durante esta etapa la plantación de la lavanda se mantenga húmeda para ayudar a los esquejes a brotar rápidamente.
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