Los cánidos
Con la clasificación de cánidos o canidae se conoce al grupo de animales típicamente denominados “perros”, los cuales pueden ser carnívoros u omnívoros dependiendo de su especie. Existen alrededor de unas 33 especies de cánidos alrededor del mundo, son el animal salvaje más temido y de mayor proliferación de Europa, esto debido a que los felinos no tienen hábitat natural en este continente y los osos son propios solamente de algunas regiones.
Los cánidos aparecieron en Norteamérica durante el Eoceno y fueron evolucionando para dividirse en tres familias, de las cuales los caninos fueron los únicos sobrevivientes. Durante mucho tiempo proliferaron solamente en el continente americano, hasta que finalmente llegaron a Europa donde encontraron hábitats similares que les permitieron su subsistencia.
Los cánidos
En el pilar más alto de la escala de los caninos se encuentran los lobos, los cuales son los más grandes de toda esta especie de animales. Si bien los cánidos pueden variar bastante en sus características y hábitos de vida, todos ellos comparten determinadas características, tal como las siguientes:
Cuerpo
Todos los cánidos comparten el mismo aspecto físico, es decir que todos tienen la apariencia de un perro, sin embargo su tamaño puede variar enormemente, desde los pequeños perros miniatura que miden solamente algunos centímetros, hasta el lobo, que puede llegar a medir hasta dos metros y pesar 50 kilos.
Sus patas posteriores poseen cuatro dedos, mientras que las anteriores poseen cinco. Estos animales son digitígrados, lo que quiere decir que para caminar no apoyan su pata completa, sino solamente los dedos, los cuales se encuentran recubiertos con “colchones” o almohadillas especiales que les permiten evitar el calor y las variaciones en los terrenos que pisan.
Si bien los dedos de cánidos poseen garras, estas son de un tamaño muy pequeño y no cuentan con la característica retráctil que es común en los felinos, esto es debido a que las garras solamente les sirven a los caninos para excavar y no para cazar.
Normalmente las orejas de los caninos son puntiagudas, de esta forma incrementan su capacidad para escuchar, la cual es muy aguda. También tienen una excelente visión y gracias a sus cuerpos esbeltos y potentes patas, pueden correr realmente rápido.
Una de las características más desarrolladas en los cánidos son sus dentaduras. Los molares son potentes para poder masticar la carne de sus presas, pero sus colmillos son sin lugar a dudas sus dientes más potentes; estos son su principal arma al momento de atacar.
El cerebro de los cánidos está mucho más desarrollado que el de otras especies de animales cazadores, son animales muy inteligentes y al momento de cazar suelen tener estrategias premeditadas que les garantizarán el éxito.
Forma de vida
Los cánidos suelen ser animales muy sociables, esto se puede notar perfectamente en los lugares donde vive el lobo, ya que estos salen en manadas en busca de presas o de nuevos lugares para habitar. A pesar de ser sociables, también tienden a formar jerarquías muy bien delimitadas, habiendo un macho alfa dentro de la manada que se encarga de velar por todo su grupo.
Esta actitud se puede apreciar también en los perros, quienes pelean por aparearse o bien cuando detectan otro macho dominante invadiendo su territorio. También tiene la característica de ser buenos corredores y persiguen a sus presas hasta llevarlas al agotamiento que es cuando finalmente las atacan.
Alimentación
Aunque los cánidos son especialmente carnívoros, cuando las presas escasean pueden llegar a comer frutos u otras plantas, por lo que se consideran también omnívoros. Después de los felinos, son la segunda especie con un instinto cazador más desarrollado. Gracias a su gran olfato y sentido el oído muy desarrollado, pueden percibir a sus presas desde cierta distancia y acercarse sigilosamente a ellas, los lobos cazan principalmente de noche cuando sus presas se encuentran más vulnerables.
Vivienda
Los cánidos salvajes generalmente evitan dormir a la intemperie, por lo que buscarán cuevas o agujeros en las profundidades de los bosques, donde puedan permanecer abrigados durante la noche, pero que también les permita acceder fácilmente a potenciales presas.
Tipos de cánidos
Las especies de cánidos no son tan extensas como las de otros animales y se clasifican en los siguientes grupos:
De acuerdo a las investigaciones científicas, los cánidos tendrían entre unos 38 a 54 millones de años de habitar la tierra, siendo una de las especies de carnívoros con más antigüedad.
Donde viven los cánidos
Actualmente el hábitat de los cánidos se encuentra extendido por todas las regiones del mundo con excepción de la Antártida. Tienen una asombrosa capacidad de adaptación al entorno en el que se encuentran y realizan migraciones cuando las condiciones ambientales cambian o el alimento empieza a escasear. Los lobos son los cánidos que más se han extendido a través del mundo, habiendo cerca de unas 22 subespecies de este animal.
Aunque los cánidos se han extendido por todo el mundo, es más fácil encontrarlos en las regiones de América del Norte, Europa y Asia. Mientras que en Sudamérica y África las especies de este animal son menos.
El perro ha sido la única subespecie de los cánidos que ha logrado coexistir en un ambiente de amistad y cooperación con el ser humano. Para todas las demás especies de estos animales, los ambientes salvajes son esencialmente su hábitat. Algunos de los cánidos, como el coyote, han representado un problema para el ser humano, debido a que suelen invadir granjas y comerse a las gallinas.
La invasión de sus ambientes naturales también ha sido otro problema que han tenido que afrontar los cánidos, así como las temporadas de cacería realizadas por los humanos. Debido a esto, algunas especies de zorros principalmente, se encuentran actualmente al borde de la extinción, tal es el caso del zorro de Darwin.
Los cánidos son animales extremadamente territoriales y serán muy propensos a atacar a los seres humanos si sienten que su entorno está siendo invadido, sobre todo cuando tienen crías que proteger.
