La madreselva es un arbusto perteneciente a la familia de las trepadoras. Es comúnmente utilizada para adornar paredes, pérgolas o troncos en los jardines. Su belleza proviene del contraste entre sus verdes hojas y los tonos suaves de sus flores que pueden ir desde blancas, color crema, rosadas o anaranjadas dependiendo de la variedad.
De manera natural el lugar donde vive la madreselva es la región meridional de Europa donde la temperatura no desciende más allá de los 10 grados centígrados y tampoco se presentan temporadas calurosas de más de 27 grados centígrados. Es una planta de crecimiento muy rápido, pudiendo llegar a alcanzar hasta cuatro metros de alto.
La madreselva
La madreselva crece a través de un grueso tallo de consistencia leñosa. Sus hojas de forma oval crecen de forma opuesta a través del tallo y pueden llegar a medir hasta 10 centímetros de longitud. Por el lado del haz tienen un color verde intenso, mientras que en el envés su color es más claro.
Sus flores desarrollan unos pétalos finos que crecen de forma curveada, estas pueden llegar a medir aproximadamente 5 centímetros y desprenden un perfume delicado principalmente por las noches, esto lo hacen con el fin de atraer a las polillas que son los insectos que se encargan de su polinización. Si bien las flores son muy perfumadas debido a la presencia de aceites esenciales y néctar, estas son muy delicadas al tacto y no son pegajosas.
La madreselva es común del verano, siendo su principal época de florecimiento los meses de mayo a julio, mientras que sus frutos en forma de baya se desarrollan en las primeras semanas del otoño.
¿Dónde crece la madreselva?
Es una planta que se ha difundido mucho por Europa, los lugares donde viven las madreselva serán preferiblemente climas templados. Si se desea plantar en el jardín habrá que tener en cuenta que necesita de un suelo con buen drenaje y aunque resiste bien al sol, crece mejor cuando se encuentra en la semisombra.
La siembra de madreselvas puede hacerse mediante semillas estratificadas, o bien mediante esquejes, siendo esta segunda opción la más viable. Sus raíces son bastante penetrantes por lo que no es ideal plantarla en una maceta. Necesita de un ambiente húmedo y requiere de dos o tres riegos semanales. Con excepción de las condiciones del suelo y los riesgos, no necesitan de cuidados especiales ya que son muy resistentes incluso a las plagas.
Para lograr una buena floración es ideal que las temperaturas durante el verano no sean muy frescas, esto producirá flores con un mejor aroma. Una temperatura muy fresca durante el verano puede derivar en que la planta no produzca frutos durante el otoño.
Su característica trepadora la hará enrollarse o enredarse en troncos o pérgolas fácilmente. Si no se tiene un tronco por el que pueda trepar, bastará con colocar algunos hilos guías, esta es una buena opción si se pretende que la planta cubra una pared, ya que de esta forma se adherirá mejor a la superficie.
Contenido de la entrada