Los escolopendromorfos, también llamadas escolopendras o vulgarmente conocidas como ciempiés, son una orden perteneciente a la raza de los miriápodos y quilópodos con características muy parecidas a los litobiomorfos, es uno de los más grandes de su especie y cuenta con una picadura sumamente dolorosa.
Estos animales suelen producirles fobia a muchas personas, ya que su aspecto por lo general asusta y su picadura genera mucha desconfianza a muchos.
Características de las escolopendras
Son miriápodos, lo que significa que poseen un cuerpo que se divide en una cabeza y un tronco alargado y plano que se divide de 21 a 23 segmentos o anillos, con un par de patas por cada uno. Pueden llegar a medir desde unos pocos milímetros hasta los 30 centímetros, como lo es el ejemplo de la escolopendra gigante del Amazonas que se encuentra tanto en Sudamérica como en Centroamérica.
En el primero de los segmentos del tronco posee un par de colmillos venenosos, estos se denominan forcípulas que se refiere a que son un par de patas modificadas con dos uñas de gran tamaño que contienen una glándula por la cual pasa el veneno, este mecanismo lo usan tanto para defenderse de sus depredadores como también para capturar y paralizar a sus presas.
La mordedura de las escolopendras es muy dolorosa, deja consecuencias como punciones hemorrágicas, edemas e inflamación local. Además de lo anterior dicho, el veneno puede llegar a causar una necrosis severa en el área afectada. Solo se ha registrado una muerte a causa de ellas, esta fue causada por la manipulación de una escolopendra del tipo morsitans.
Es un animal más activo durante horas de la noche, en el día suelen estar escondidas debajo de piedras y hojas, por lo que se recomienda que si te encuentras en una selva o campo no levantes ninguna piedra o metas la mano debajo de ella para no llevarte una mala sorpresa.
Su dieta es muy variada, es un animal carnívoro por lo que se dedica a cazar pequeños animales comúnmente artrópodos. Generalmente se alimentan de insectos, arañas o escorpiones pero especies más grandes como la escolopendra gigantea cazan animales mucho más grandes como pequeños lagartos y serpientes, sapos, ratones e incluso murciélagos bebés. Son consideradas unas cazadoras muy eficaces gracias a su gran agilidad y su potente veneno.
A diferencia de las lombrices o anfibios, estos animales no respiran a través de su piel sino que cuentan con una respiración tipo traqueal al igual que la mayoría de los artrópodos.
Hábitat de las escolopendras
Las escolopendras son animales hidrófilos, esto significa que les gusta mucho la humedad, además de esto son lucífugos, que quiere decir que se esconden de la luz.
No obstante, su hábitat es muy versátil, podemos encontrarlos en: desiertos, selvas, humedales, sabanas, campos, bosques y demás áreas. Incluso los medios urbanos se hacen un ambiente regular para estos animales, los conseguimos en parques o jardines de cualquier tamaño.
Mucho peor aún, podemos toparnos con una de ellas hasta en las paredes de nuestros hogares, escondidos en los armarios o en gavetas.
También es común que aparezcan de la hojarasca, debajo de corteza de árboles o entre troncos caídos.
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